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Arte extremo en el 301 (2008)






Arte extremo en el apartamento 301.
Registro único (de artistas)
Registro para tener un orden, para unificar.
Historias y actividades recientes de arte extremo
Historias de arte extremo
Exposición




En esta exposición hay 6 artistas.
Esta exposición fue inventada y autogestionada por los mismos artistas. No son un colectivo ni una organización, aunque no es la primera vez que trabajan juntos. Se podría incluso decir que lo que los une, más que la amistad es el trabajo. Son colegas, artistas colegas, que se reunieron para mostrar su trabajo.
En lo que mas se demoraron fue en escoger el nombre y en hacer la invitación. Durante dos semanas se reunieron varias veces para hablar de lo que iban a hacer, también hablaron de otras cosas y así todo estuvo casi listo.
Como muchas exposiciones que se han hecho en esta ciudad, esta es una exposición pequeña, que no tiene curador, institución, organización o colectivo que la respalde o acoja. Sin embargo los artistas que participan en ella trabajan en colectivos, organizaciones e instituciones de arte. ¿Porque no aprovecharlas? se preguntarán algunos. Se deja abierta la pregunta. Y como les pasa a muchos eventos artísticos de esta naturaleza, puede que pase al olvido, que pocos la recuerden y que muchos ni se enteren. ¿Por qué hacer una exposición? ¿Porqué no hacerla? Se dejan abiertas estas preguntas.
Hay una cantidad de esfuerzos dispersos en la ciudad, que un día se manifiestan en exposiciones, eventos o fiestas hechas por artistas. Y como esta exposición, la atención enfocada en producirlas muchas veces hace que se descuide cosas como la difusión, la documentación y la distribución. ¿Qué hace que una exposición sea importante para su contexto? ¿y para los artistas?
Esta es otra exposición autogestionada en Cali.
Bienvenidos.



Cómo recordar esta exposición o cómo hacer de ella algo importante.
Para mí, es hacer este librito y escribir estas historias sobre los artistas que exponemos y el contexto del apartamento y la cuadra, suficiente.



Carolina Ruiz Torres
1979
Santa Fé de Bogotá
Le gustaba jugar a la arquitectura cuando era niña y considera que su “ajodescencia” apenas se terminó el año pasado. Cuando vivía en Santander de Quilichao, se salió del colegio, validó el bachillerato a los 14 años y sacó un altísimo puntaje en el icfes. Le gustaba mucho pasear en moto y volarse de todas partes.
A los 14 años, se fue para Bogotá a estudiar odontología después diseño gráfico y fue La Terrible del salón siendo la más chiquita. Cuando se vino a vivir a Cali a los 21 años, entró a diseño industrial en la Universidad de Valle e hizo unos cursos libres de grabado y dibujo anatómico. Entró al Instituto Departamental de Bellas Artes en 1999, se retiró en el 2000 y duró como siete años haciendo la carrera de artes plásticas. Allí nos conocimos como en el 2002 e hicimos muchas actividades juntas paralelas a la academia como Cinegruta (2002-2004), Encuentro Anarkopunk (2005), también comenzamos asociaciones temporales como Sangre de Palomo y Casa Tomada. Aunque Sangre de Palomo nunca muere. Y todavía tenemos muchos proyectos en común que aún están por realizar.
Carolina también hizo Vanity Plast, la Revista (2006) y al margen de la academia, con Adrián Gaitán, hizo Artistadas (2005), otra exposición en un apartamento. Actualmente hace parte del El Camión y de Lugar a Dudas. En algún momento se autodenominó “la colectiva” por ser parte de tanto colectivo al mismo tiempo. Como artista ha participado en el 40 Salón Nacional (Zona Pacífico curada por Helena Producciones, 2006), Casa Tomada (1 a 5 / 2004-2006)), Original y Copia, curada por Elías Heim (Centro Cultural de Cali, 2004), El ojo no es la mirada, curada por Diego Pérez (Galería de Bellas Artes, 2003), La Gran Colombia, curada por Antonio Caro (Centro Cultural Comfandi, 2006), Alicia’s Garden en Documenta 12 ( U.S.A.-Kassel, 2008). En el 2006 se ganó su primer millón, gracias al tercer premio del concurso Francia en Colombia de la Alianza Francesa que se ganó con Adrián Gaitán.
Carolina pelea mucho con lo que hacen los artistas, aunque cree que ya se le ha ido pasando un poquito. También piensa que muchas veces este tipo de exposiciones autogestionadas son hechas con esfuerzo y que ha veces se quedan en la mitad del camino, porque necesitan mucho trabajo y a veces a uno le resulta difícil cubrir todos los frentes.
Durante los siete años que estudió en Bellas Artes, Carolina y yo nos tomamos en promedio tres tintos del Café Caldas por día, un día hicimos la cuenta de cuanta plata se nos fue en tinto y nos dio 1’000’000 cada una.
Como hemos aprendido.




José Tomás Giraldo Feener
1974
Santa Fé de Bogotá
Luego de una extensa residencia en Lugar a Dudas se vino a vivir a Cali. Es el gomelo del parche, estudió en el Anglo-Colombiano en Bogotá y es artista graduado de la Universidad de Los Andes (2002). Primero estudió tres semestres de Administración, luego quería estudiar Cine y entró a Artes y medios audiovisuales en la Universidad Javeriana. Allí le recomendaron que se metiera a Artes Plásticas, dice de ese semestre que pasó en la Javeriana, - fue una etapa oscura-.
No estudió música aunque era baterista de un grupo más o menos famoso de la escena rockera de los noventa en Bogotá, porque consideraba que no tenía oído aunque sí un buen sentido del ritmo, y que la formación académica era necesario tenerla para seguir la carrera. Por eso cuando entró a Arts en los Andes le daba miedo la clase de dibujo y en general todo lo que el llamaba “de formación académica”, sin embargo cuenta que las materias que más le terminaron gustando con el tiempo fueron dibujo y taller tridimensional, obteniendo muy buenos resultados.
Topo, como le dicen sus amigos de Bogotá, piensa que la especulación es importante en el arte. Le gusta especular sobre la práctica artística, aunque no sabía muy bien cual era la diferencia con pensar, cuando le pregunté. Primero dijo que no había diferencia, luego que no era posible compararlas porque eran dos cosas diferentes y después cayó en cuenta que no sabía. Entonces fue por el diccionario, buscó Especulación, y la definición que más le gustó fue: del espejo, o parecido a un espejo. Todavía no tiene espejo en su casa.
A Tomás le gusta participar en iniciativas colectivas que se enfoquen en prácticas comunitarias. Sin embargo considera que cuando se trabaja con arte y cuando se hace arte, hay un sentido comunitario que es ignorado. Dice que veces ese interés por lo colectivo hace que uno se desplace a trabajar con otras comunidades y se olvide de desarrollar y cultivar la comunidad artística a la que uno pertenece. -El arte tiene que ver con resolver- dice. Cuando grande dijo que quería ser detective privado.
Y tiene la hoja de vida en internet : www.miniteca.org/tom_cv.html





Yolanda Chois
Cali
Tiene 20 años aunque parece más vieja que todos los de esta exposición. Y no porque físicamente aparente más edad sino por su espíritu. Vivió toda su vida y todavía, en el barrio San Fernando. Allí mismo estudió, en Las Marianitas, un colegio que queda diagonal a Doña Francia donde venden lulada. Tiene un perro gigante que se llama Morgan, que la despierta por la mañana cuando pasa el señor de los pandebonos, para que le compre uno. Yolanda dice que se ve muy tierno el pandebono diminuto en la boca de Morgan. Como José Tomás, también quería estudiar cine, se presentó a la Nacional de Bogotá pero no pasó. Cuando se fue de viaje a Cuba, Yolanda dice que le cambió la vida, que se dio cuenta que el mundo era más grande que la cuadra.
Entró a la universidad del Valle en el 2003, allí ha conocido mucha gente y ha emprendido proyectos artísticos en colectivo como “Geografía Sonora” con César Barrero, “Otra Cosa, prácticas artísticas” y una vez celebraron el cumpleaños de Joseph Beuys. También fue asistente de la artista venezolana Beatriz Grau, profesora de fotografía y taller de varias generaciones (aunque pocas en realidad) de artistas caleños. Actualmente trabaja para el 41 Salón Nacional con su colega Carolina Charry.
El papá de Yolanda es coleccionista de música. Bolero, ópera, música mexicana de los años de oro, música argentina de los años de oro, guaracha, rumba, mejor dicho –dice ella- de todo lo que sea antes de la salsa. Además es coleccionista de películas. Su mamá es ama de casa aunque tuvo un anticuario y también un almacén de ropa de segunda.
No es de sorprenderse entonces, ¿o sí? Que a Yolanda le gusten las cosas con historia. Ella dice que la dejan vivir tranquila y que en ellas encuentra una relación con la ausencia, la muerte y la finitud de las cosas, que le permite ser un poco menos trascendental en la vida.
Cuando era pequeña quería ser forense, también le gustaba buscar directores de cine y películas en los diccionarios Larrousse y luego llamar a las tiendas de video a preguntar si las tenían. Menciona que esa pulsión por buscar y saber, tiene que ver con los libros que le regalaban, como Las mil y una noches y El traje del emperador.
Ahora su canción favorita es “En el bosque de la China” de Hugo del Carril. Dice ser una coleccionista dispersa.




Adrián Felipe Gaitán
1983
Cali
Le gustaba jugar fútbol, Nintendo y ver televisión cuando era niño. Todavía le gusta el fútbol, va a todos los partidos del América con Carolina Ruiz y también tuvo un equipo de fútbol durante una época en la universidad con Sergio y otros estudiantes que se llamaba “Errabundeo Fútbol club”. Le gusta mucho escuchar radio A.M. y en algún momento quiso ser periodista deportivo para escucharse en la radio. No le gusta leer y el único que libro que se a leído completo es “Yo soy el Diego” la biografía de Maradona como a los 15 años. Aunque se leyó muchísimas veces la Biblia porque la mamá lo ponía a leer. Su libro favorito es El Principito, que se lee mínimo tres veces al año. También le gusta repetir las películas favoritas, como El Dormilón de Woody Allen y 2001, Odisea en el espacio de Stanley Kubrick. Dice que a veces se casa con las cosas y se queda allí, que prefiere repetirse una película que irse a ver una nueva. Vive con José Tomás hace como un mes y le parece que coleccionar cosas como discos, estampillas, etc, es de locos, no entiende como hacen -para que no pierdan sentido al tiempo- dice.
Cuando era pequeño le gustaba dibujar los muñequitos que aparecían en el periódico. Estudió en el Industrial de Popayán, luego entró a Diseño Gráfico en el Instituto Departamental de Bellas Artes y cuando vio una clase de apreciación del arte con Elías Heim, se cambió a artes plásticas. Es un artista muy prolífico, pinta mucho. También hace parte de varios colectivos como El Camión, ¾ Arte contemporáneo, el Asueto Internacional de Arte Contemporáneo y toca la batería en el grupo Las Solteritas. Hizo parte del comité organizador del Encuentro Anarkopunk en la gruta (2005) con Carolina Ruiz, Diego Tamayo y yo. Esta época fue la del parche desastre. Ha participado en muchas exposiciones de arte en Bogotá, Medellín y Cali. Actualmente expone junto con Sergio Zapata en Imagen Regional, un salón de arte oficial, bastante discutible en el Banco de la Republica.




Carolina Charry
1983
Cali
¿Qué de la vida es un dato? Se preguntó Carolina cuando estábamos hablando. Buena pregunta le dije yo.
Carolina estudió en el colegio Bennet y flauta, guitarra y piano en el conservatorio Antonio María Valencia. La música siempre fue una constante en su vida dice ella. –El arte es lo extraño- dijo luego.
Quería ser pianista, pero luego pensó en estudiar economía porque supuestamente mezclaba las humanidades con las ciencias. Aunque primero pensó en otras carreras porque le gustaba la astronomía y pensar en el universo inmenso, entonces pensó que estudiar física pura podría ser una forma de acercarse a ello, luego también en las ciencias sociales porque le parecía interesante y por eso resolvió que la economía podría ser una solución conciliadora. Aunque finalmente terminó haciendo tres semestres de ciencias políticas en la Universidad Javeriana.
Luego se cansó de hablar de política y empezó filosofía en la Universidad del Valle, allí asistió a una clase de taller de arte, invitada por César Barrero y descubrió las posibilidades que le ofrecía. Entonces matriculó la Licenciatura en Artes Visuales, que es la carrera de artes de la Universidad del Valle y actualmente hace las dos carreras.
Durante su tiempo de estudiante Carolina ha sido participado en diversidad de colectivos y grupos de diversa índole. Desde los 16 años perteneció a grupos activistas pro animales, comités anti toreo, luego en la universidad, perteneció al grupo de la No violencia activa de la Universidad del Valle. También a sido parte de numerosos colectivos activistas de mujeres como Mujeres Pacíficas, Colectivo de mujeres de univalle y otros. En especial mencionó uno que era conformado por un grupo de señoras que se reunían en una casa en el Aguacatal a leer. Carolina dice que ha aprendido mucho de estas experiencias, se ha nutrido de las experiencias de los otros hasta formarse su propia posición personal. Aunque confiesa que realmente no suele emprender este tipo de iniciativas colectivas por su cuenta, que de alguna manera ha caído en tantos grupos casi circunstancialmente.
Como artista ha participado en Déjate ver, una muestra itinerante de video y en Hospedaje una muestra colectiva que tuvo lugar en Bellas Artes (2007) donde se invitaron estudiantes de otras facultades de artes de la ciudad a exhibir en la Galería de la institución. Allí Carolina mostró un trabajo donde usaba el dibujo, la escritura y el video, medios que han sido constantes en su trabajo, dice.
También le gusta mucho el canto porque es una cosa muy vital; con el piano dice ella, se orquesta cuando se hace música y con la voz, uno está sonando. Ella lo relaciona con la cuestión de tener voz y voto, la voz como identidad, y que la práctica puede llegar a ser un instrumento poderoso. Ha estado tomando clases de canto, pero desde que ha estado trabajando en el Salón Nacional con Yolanda, no ha podido volver.




Mónica Restrepo
1982
Santa Fé de Bogotá
Escribí todas estas historias, porque resolví que era una manera de darle importancia a este acontecimiento, a este encuentro entre colegas, y encontrar una forma de registrarlo que pueda se distribuida fácilmente.
Nací en Bogotá pero me crié en Cali. Siempre era la que inventaba los juegos y mandaba cuando jugaba con niños menores que yo, también les gritaba mucho. Estudié en el Liceo Francés y no me fui a estudiar a Francia como a mayoría de mis compañeros, gracias a dios. Como Yolanda, vengo de una familia con una fuerte tradición musical, y tampoco sé tocar ningún instrumento. Hice mis primeros intentos en Sangre de Palomo, grupo de pun que formamos con Carolina Ruiz y Ángela García. Me gusta hacer las veces de D.J. como Tomás, y también colecciono discos de larga duración, valga la pena decir que por ahí fue que nos conocimos. Aunque mi colección se terminó “especializando” en música tropical de todas las épocas y house de los 90. Estudié casi al mismo tiempo que Carolina Ruiz en el Instituto Departamental de Bellas Artes, allí hicimos muchas actividades paralelas a estudiar, entre ellas Cinegruta y el Encuentro Anarkopunk y todavía nos faltan por hacer otras más. He participado en muchas exposiciones en Cali, Bogotá y Medellín, pero no me gusta casi mandar trabajos a convocatorias oficiales, aunque actualmente estoy exponiendo en una galería de arte comercial en Bogotá. Soy o fui parte de Casa Tomada y ahora trabajo en Lugar a Dudas, coordinando un proyecto que he disfrutado haciendo. Mis papás tuvieron restaurantes toda la vida y allí fue donde aprendí eso de servirle a la gente.








***




Conversación con Bernardo Ortiz, antiguo inquilino del 301. Fue profesor de Dibujo en Bellas Artes, en la Universidad del Valle y actualmente enseña en la Universidad de los Andes en Bogotá.

bernardo,
(…) también le comento que en estos días, el viernes 13 de junio vamos a inaugurar una exposición en su ex-casa de Tomás. En estos días le mando la invitación. Le puedo adelantar que -por asuntos de contexto- usted está mas o menos involucrado en la cuestión. Pero por favor no se imagine nada malo...
un saludo,
mónica.

Espero que no sea a nivel de chisme.
b.


Un saludo
mónica

Suerte pues,
Ojo con el novio de la dueña de la peluquería y los vecinos del
Edificio de la Tanga Loca, se comportan de manera extrema.
b.

ajáaa!
si me dí cuenta de los del edificio de tanga loca, se ven bien
extremas esas fiestas...
uhmm
me sirve todo eso que me está contando. Porque mi obra extrema es una revistica con unas historias biográficas de los artistas que están exponiendo más apuntes sobre la casa y una nota introductoria.
uhm y ya.
nada muy extremo por cierto.
a ver cuente pues...
mónica

No mucho que contar.
En algunos delirios paranoides, producto del calor extremo; o del
aburrimiento; o de ambos, vi las relaciones entre el novio de la
peluquera, los dos tipos que viven encima de la tanga loca y los
dueños de la panadería. Oí discusiones que no recuerdo.
b.

uhmm...
ya suena a testigo, bernardo
por esas ventanas altas del tercero mmmm... se .... se ven cosas...
eeeehhh... mssiii... pero... y en ... en la entrada..
luego se pone oscuro el umbral del apartamento, el cielo pesado, el
bochorno aumenta.
y de repente sopla un viento diferente a la brisa de la tarde que
siempre esperan los caleños ...

...se oye un secador de pelo al fondo.






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