Hace tiempo, conocí a una chica que habia estudiado en mi colegio varios años antes que yo. Desde el colegio se le prometía un futuro brillante, científica, como todos los alumnos inteligentes del Liceo Francés de Cali. Científico era una de las tres especialidades del Liceo, conocida por ser la más dificil y por lo tanto ser la que causaba más admiración y respeto entre los jóvenes. Todos ambicionaban entrar allí porque daba estatus. No creo que P alla escogido científico por esa razón. Puedo asegurar que su inclinación al pensamiento científico nada tenía que ver con esa sociopatía colegial.
El caso es que P fué a la universidad en Francia, luego se devolvió y entró a estudiar en una universidad en Bogotá donde tampoco le gustó y finalmente se retiró. Vive de dictar clases de francés a domicilio. Come muy sano, pan verdaderamente integral con gee, escucha música clásica y lee muchos libros en internet, hace ejercicio. Vive en un tercer piso de la casa de un amigo mío, en un cuarto pequeño pero bastante cómodo para una persona. Un día salimos a desayunar con mi amigo y P se puso a hablar sobre los peligros de la legalización de vacunas para prevenir el virus del papiloma humano, entre otras reglamentaciones relacionadas con el cuerpo femenino en los países muy desarrollados como Suecia y sus consecuencias en relación al control de la natalidad y el derecho a procrear. Yo estaba completamente impresionada de su lucidez, aunque el futuro que esbozaba era completamente oscuro, aunque nada alejado de la realidad. Mi amigo la admiraba mucho, aunque también le preocupaba su soledad.
El caso es que P fué a la universidad en Francia, luego se devolvió y entró a estudiar en una universidad en Bogotá donde tampoco le gustó y finalmente se retiró. Vive de dictar clases de francés a domicilio. Come muy sano, pan verdaderamente integral con gee, escucha música clásica y lee muchos libros en internet, hace ejercicio. Vive en un tercer piso de la casa de un amigo mío, en un cuarto pequeño pero bastante cómodo para una persona. Un día salimos a desayunar con mi amigo y P se puso a hablar sobre los peligros de la legalización de vacunas para prevenir el virus del papiloma humano, entre otras reglamentaciones relacionadas con el cuerpo femenino en los países muy desarrollados como Suecia y sus consecuencias en relación al control de la natalidad y el derecho a procrear. Yo estaba completamente impresionada de su lucidez, aunque el futuro que esbozaba era completamente oscuro, aunque nada alejado de la realidad. Mi amigo la admiraba mucho, aunque también le preocupaba su soledad.
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